Espejos.

Dicen que la cara es el reflejo del alma. Y el reflejo de tu cara o de ti mismo la obtienes plantandote frente al espejo. Es decir, con el espejo puedes ver reflejada tu alma, las ideas que te recorren y vagan libres por ti. Hazte esta pregunta a ti mismo ¿Cuantas veces te plantas ante el espejo? ¿O ante ru reflejo? Te levantas por la mañana, te lavas la cara y te encuentras a ti mismo, a veces con una sonrisa, a veces con mala cara, con la cara mojada y cada gota resbalando por tu rostro, y ahí empiezas a mirarte a escudriñarte incluso a saber cosas nuevas de tu aspecto. El pelo mas largo, tienes mas ojeras, un nuevo lunar. Pero en el fondo no es tu exterior sino tu interior lo que cuenta. En el momento en el que te visionas a ti mismo, te haces miles de preguntas. Si te levantas positivo piensas: ¡Vaya! Que guapo/a soy, ¿Por qué la gente no se dará cuenta? ¿Acaso yo me veo de manera distinta? O quizás este espejo me embellezca. Y si al otro día te levantas de mal humor: ¡Pero si ayer estaba guapisimo/a! ¿Que ha pasado hoy? ¿Por qué no me veo igual? Bah debe de ser este maldito espejo.

Y el espejo no tiene la culpa, simplemente te muestra tu exterior a través de tu interior, de lo que sientes y padeces. Habrá personas que sean mas feas y otras mas guapas, eso es cierto. Pero si intentas levantarte con una sonrisa, y dedicarle un guiño a tu reflejo, seguro que este te lo devolverá y el día valdrá la pena, pues las personas nos sentimos bien cuando nos vemos guapos/as, y puesto que la belleza no es sino un estado de ánimo, te veras guapo/a cuando te sientas bien.